Teresa Campos: "Tengo que aprender a saber lo que vale la pena"
María Teresa Campos tiene la lección bien aprendida. La vida le ha dado «un gran susto» y ahora se replantea seriamente su forma de afrontar los problemas del día a día. Quiere y debe relativizar. La presentadora comienza una nueva vida después de que este miércoles recibiera el alta médica y se trasladara, por fin, a su hogar. Está loca de contenta por «poder contarlo» y por haber salido victoriosa de su batalla contra el ictus isquémico que aquel aciago martes 16 de mayo la aquejaba. «Hay que saber valorar las cosas que merecen la pena, tengo que aprender a eso. Y las que no merecen la pena no llevarlas a ningún extremo. No voy a hacer ni caso a las críticas», ha asegurado María Teresa, vía telefónica, en ‘El programa de Ana Rosa’. Es su asignatura pendiente y va a esforzarse por aprobarla. La malagueña está feliz por haber retomado las riendas de su vida: «Estoy bastante bien, aunque muy emocionada. Veo las imágenes de ayer saliendo del hospital y solo me veo llorando. Soy una afortunada y muy rica en amigos».
Ahora, desde la tranquilidad de su casa, se da cuenta de que a su salida del hospital no les dedicó unas palabras de agradecimiento a sus hijas, Carmen y Terelu: «Estaba muy nerviosa y se me pasó. No les dije nada cuando ellas lo son todo para mí». Teresa ha aprovechado su llamada al programa para puntualizar que ella no ha perdido la visión de un ojo, como se había comentado: «Eso no es verdad. Mi problema es que veo doble si los tengo los dos abiertos, pero veo estupendamente. Tengo que trabajar la coordinación de los músculos del ojo. A veces el ojo se recupera solo y otras debe ayudarse de la técnica». La matriarca no tiene ninguna prisa por recobrar la normalidad en la visión: «Me lo voy a tomar con toda la paciencia del mundo».
Teresa Campos junto a sus hijas Terelu y Carmen llegando a su encuentro con los medios / Gtres
En un momento dado de la conversación, Ana Rosa Quintana ha querido destacar la fortaleza de la periodista, algo que ha agradecido emocionada María Teresa: «A veces te asustas y es difícil sacar fuerza. Lo que más me reconforta es comprobar que a veces uno recoge lo que hace bueno. La vida conmigo ha sido justa. Ver ese cariño tan patente a mi salida del hospital e irme sin saludar era impensable». Sus hijas, Carmen Borrego y Terelu Campos, lo organizaron todo, desde el traslado hasta la comparecencia ante los medios de comunicación: «Ellas solo querían que yo estuviera tranquila. Sé que me van a regañar por haber llamado al programa, no quieren que me emocione porque no es bueno para mí».
La presentadora salió del hospital tras unas gafas de sol y bajo la atenta mirada de sus hijas / Gtres
De momento, Málaga tendrá que esperar. Carmen Borrego quiere llevársela a su adorada tierra para que desconecte y alcance la calma que su salud requiere, pero Teresa considera que sus fuerzas no se lo permiten de momento: «En cuanto tenga más seguridad, iré, pero de momento no puedo». Además, todavía tiene pendiente una última prueba médica: una resonancia magnética. La presentadora lo ha avisado en ‘El programa de Ana Rosa’ para que si la ven salir de su casa no ‘cunda el pánico’: «No vaya a ser que me vean salir y se piensen que estoy peor. Tengo que hacerme esa prueba en un centro específico porque tengo un grado de claustrofobia grande». María Teresa se toma la vida ‘pasito a pasito’. Sabe que su salud es lo más importante.